METODOLOGÍAS.
Dos son las cuestiones principales que determinan el tipo de metodología
que podemos encontrar en los manuales diseñados para superar las tradicionales
PAU y/o para aprender griego y latín: el papel de la gramática y la tipología
de textos empleada.
1. Métodos
tradicionales de gramática-traducción
Los métodos tradicionales parten
de un enfoque gramaticalista. En ellos el aprendizaje de nuestras lenguas,
entendidas como lenguas muertas, se reduce al estudio de los contenidos
lingüísticos, cuya asimilación se verifica
con la traducción de frases sueltas que ilustran una determinada regla
gramatical. A medida que se avanza en las cuestiones morfológicas y de
sintaxis, los textos presentados, siempre originales, van siendo más extensos y, en ocasiones, también más tediosos.
Esta metodología está pensada
para la formación de filólogos, pero resulta
poco recomendable si de lo que se trata es de empezar a usar la lengua.
Reducir la práctica lingüística a la traducción directa de frases, ininteligibles
muchas veces por estar desprovistas de su contexto, resulta pobre y enormemente
aburrido. Además hay que tener presente que los textos literarios no fueron
concebidos para aprender lenguas. Por ello, en cualquier antología, aunque la
graduación de los textos seleccionados siga una complejidad creciente, siempre
encontraremos nuevas dificultades que o bien deberán ser expurgadas
directamente o habrán de ser salvadas mediante
notas aclaratorias y traducciones. Con estos métodos frecuentemente se
corre el riesgo de que los textos clásicos se conciban como criptogramas de
difícil descifrado cuya clave parece estar oculta en los diccionarios.
Más recomendable resulta que los
estudiantes entren en contacto desde el primer momento con textos de cierta
amplitud, seguidos y no deshilvanados, con un vocabulario frecuente y que
recojan valores no sólo lingüísticos, sino también culturales. Pero estos
textos no existen, los debemos de crear de forma artificial. Ello supone romper
con el prejuicio sobre el carácter sagrado de los textos clásicos y empezar a
“vulgarizar” el griego y el latín. Se cometerán errores con toda seguridad,
pues no somos nativos griegos o romanos del periodo clásico, pero tal vez
consigamos que los alumnos no vean nuestras
lenguas como una creación abstracta destinada únicamente a edificar
nuestras mentes ociosas, sino como instrumentos de comunicación y transmisión
de mensajes, es decir, para ser habladas y escritas.
Para la adquisición de la
competencia lingüística del griego y del latín se han venido aplicado también
con mayor o menor éxito las metodologías utilizadas para el aprendizaje de las
lenguas modernas:
2. Métodos
naturales o de “inmersión repetitiva”
Una gran difusión tuvieron los
métodos basados en la psicología cognitiva y los estudios sobre la adquisición
del lenguaje en los niños, según los cuales
también una lengua extranjera se pude aprender de manera natural como la
materna, a base de la constante audición y repetición de textos. En griego
tenemos dos vertientes de esta metodología:
A. Métodos audio-orales de autoaprendizaje como el Assimil.
Este clásico manual se sirve de
varios personajes que nos van introduciendo en diversos temas de la vida cotidiana de Grecia. La idea es presentar
textos e ilustraciones con cierto toque cómico para amenizar el estudio,
aunque esto no siempre se consigue.
Consta de una parte pasiva, en la que el alumno
se limita a escuchar y reproducir los breves diálogos y a reconocer las estructuras gramaticales con la ayuda de notas y
resúmenes de gramática, y una parte activa en la que el alumno puede
empezar a traducir a la inversa, utilizando
para su comprobación la versión en su lengua materna y los ejercicios
resueltos. Aunque la colección se presenta como cursos sin esfuerzo, el método
requiere de cierto tesón y no poca capacidad de memoria.
B. Métodos de lectura como el Reading
Greek y el Athenaze.
Los textos siguen siendo
continuados, pero son ya más extensos. Presentar una verdadera trama que
consigue mantener el mejor el interés del alumnado. La práctica fundamental
consiste en la lectura detenida de los textos y la comprensión de los mismos
con la ayuda del vocabulario y las ilustraciones, sin necesidad de profundizar
en el análisis gramatical, al menos no antes de abordar los textos. Los
resúmenes gramaticales aparecen al final de cada lección, si bien cabe destacar que son los textos los que condicionan la
gramática. Los que han puesto en
práctica estos métodos han comprobado una notable mejoría en los
resultados de los alumnos, que logran interiorizar satisfactoriamente las
estructuras básicas de la lengua griega. Entre los inconvenientes está quizá el
excesivo vocabulario no funcional.
Este defecto
se suple con la variedad de ejercicios que presentan ambos
manuales. En particular el método Athenaze es en la
actualidad el manual para el que disponemos del mayor número de recursos en red:
ejercicios autocorregibles de gramática y vocabulario, de comprensión lectora y
auditiva, así como actividades de composición oral y escrita. Entre las páginas en español destacan los Ejercicios de
griego en Hot Potatoes para Athenaze, traducción
de Ángel L. Gallego de la web oficial, los ejercicios en Quia preparados
por Manuel Garrido con mi colaboración, La colección de recursos Ariadna para Athenaze, traducidos
por Ángel L.Gallego y la wiki colaborativa Athenaze.
Dentro de la misma línea
metodológica destaca un tercer manual de lectura más antiguo, pero que ofrece
interesantes posibilidades de uso didáctico por estar desprovisto de derechos
de autor. Se trata de A greek boy at home de W.H. D. Rouse, publicado en Londres en 1909. El método está siendo reutilizado con gran
originalidad por Asier Mendoza en su blog ELLENIZO: Fichas de griego clásico.
Los textos
acompañados de interesantes y creativas actividades de refuerzo están también
disponibles bajo licencia de Creative Commons en una reciente web creada por Ana Ovando.
3.
Métodos
inductivos-contextuales.
Un ritmo más lento y con un
cuidado especial por el principio pedagógico de la repetición presentan los métodos de aprendizaje
inductivo-contextual. El ejemplo más claro para el latín lo tenemos
en el método del danés H. Ørberg, Lingua
latina per se illustrata, inspirado en los planteamientos empíricos del
humanista Comenius. Los alumnos se familiarizan desde el primer momento con
textos de cierta extensión con una historia realmente interesante y cuya
complejidad gramatical va gradualmente aumentando de forma paulatina. Los alumnos deducen y recuerdan el significado de
las palabras gracias al contexto y con la ayuda de imágenes
representativas. Todo el método, incluidos los resúmenes de gramática finales,
está compuesto en latín. Por ello las actividades de repaso planteadas inciden
sobre todo en la comprensión textual, por entender que el ejercicio de traducción puede resultar muy enriquecedor, pero
prescindible en estos niveles iniciales. En griego no disponemos de ningún
manual de este tipo. Sólo existen dos tentativas a día de hoy inacabadas: el
proyecto Ζήτω ἡ Ἑλλάϛ, Exercitatio Linguae Graecae, seis
breves lecciones de Carlos Martínez Aguirre, y mis dos capítulos deἩ ἑλληνικὴ γλῶσσααὐτοεικονογραφη µένη. Ambos materiales coinciden con el LLPSI en la inclusión de índices de las palabras nuevas
aparecidas de cada lección. El primer modelo presenta algunas traducciones en
latín y carece de ejercicios.
4. ¿Métodos
comunicativos?
A los
métodos anteriormente expuestos, que se prestan a ser explotados para
practicar las destrezas orales, se
unen algunos pocos métodos que se acercan tímidamente a las metodologías
comunicativas:
i. A enseñar de manera activa aspiraba el
método Ancient Greek Alive de C. Saffire y C. Freis. Este manual utiliza textos
adaptados y combina las explicaciones y esquemas gramaticales con ejercicios de
composición oral. Este tipo de práctica, reforzada por las audiciones, supuso
una interesante innovación metodológica en su época. A pesar de su éxito por lo
novedoso de su acercamiento al griego, no capacita a los estudiantes para hablar en griego, sólo para asimilar mediante la
repetición oral determinadas nociones y estructuras gramaticales, ya que
no trata de manera global muchos de los contenidos y situaciones necesarias para la comunicación.
ii. Polis: parler le grec ancien comme une langue vivante, de Christophe Rico. Este reciente manual se presenta como un método para aprender
griego antiguo como lengua viva y en su introducción se precisa que se utilizan las mismas técnicas usadas para el
aprendizaje de las lenguas modernas. Éstas técnicas, no obstante, siguen
siendo las de los métodos audio-orales. Se
insta al alumno a escuchar y repetir los textos constantemente, sin
necesidad de entender. El objetivo final del método no es, sin embargo, llegar
a hablar griego, sino facilitar la lectura fluida –sin necesidad de
diccionario- de la koiné (con especial interés en la literatura cristiana), mediante la memorización de las
estructuras lingüísticas utilizadas en unos textos artificiales inspirados en
autores de época helenística. El método recurre de nuevo al
uso de viñetas ilustrativas, presenta sucintos esquemas gramaticales con los
correspondientes ejercicios de refuerzo de tipología variada. Según las
habilidades del profesor, los textos pueden servir de modelo para practicar de
forma oral, respondiendo en griego a posibles cuestiones de comprensión
textual.
iii.
ΔΙΑΛΟΓΟΣ. Manual de prácticas de
griego antiguo. Con este material, en
proceso de elaboración, se pretende explotar al máximo el valor lingüístico que
tiene la práctica oral. Está
inspirado en el método de conversación guiada de neolatín Nunc loquamur . A diferencia de éste cuaderno,
nuestro manual presenta una mayor variedad
de actividades y un tanto más complejas: además de los listenings y ejercicios
de completar o imitar diálogos, se incorporan ejercicios enfocados a la
asimilación del fenómeno gramatical aparecido en la lección.
Nuestra intención es tratar de
superar la limitación de contextos y situaciones en las que utilizar un lenguaje
antiguo como el griego. Para ello se imitan actos de habla de uso coloquial,
pero sin recurrir a neologismos, ya que sólo se utiliza vocabulario documentado
en la versión griega del LSJ .
LA CRISIS DEL GRIEGO ANTIGUO
Y LOS MÉTODOS ANTIDEPRESIVOS. SANTIAGO CARBONELL MARTÍNEZ. santiago.carbonell@ua.es
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